Chiclana de la Frontera es un lugar lleno de encanto y tradición, donde cada rincón tiene una historia que contar. Hoy te invito a vivir un martes cualquiera en nuestra ciudad, recorriendo sus calles más emblemáticas y disfrutando de la auténtica experiencia chiclanera.
Comenzamos en la Plaza de las Bodegas
Nuestro recorrido empieza en la Plaza de las Bodegas, un lugar con una rica historia que se remonta al siglo XIX. Su nombre honra la gran cantidad de bodegas que se concentraban en torno a esta plaza en esa centuria. En este lugar emblemático, además de algunas bodegas históricas, encontramos el Centro de Interpretación del Vino y la Sal y desde el 2009, también alberga el Mercado de Abastos, un espacio renovado que combina la tradición con la modernidad y que ha sido fundamental como punto de encuentro para los chiclaneros.
El origen del Mercado de Abastos se remonta a la familia Lora, que estableció un negocio privado en la calle La Plaza. En 1927, este mercado se abrió al público, convirtiéndose en un centro vital para la comunidad. En 2009, trasladó sus instalaciones a la Plaza de las Bodegas, manteniendo su reputación como un lugar ideal para disfrutar de productos frescos y locales, como los chicharrones, la butifarra y el delicioso queso Payoyo de la Sierra de Cádiz, además de los reconocidos pescados y mariscos de la región.
La histórica Calle La Vega
Después de explorar el mercado, nos dirigimos hacia Calle La Vega, una calle peatonal muy importante que representa el centro de la ciudad junto con la Calle La Plaza y la Alameda del Río. Estas arterias principales de Chiclana están llenas de comercios y vida. Desde 1914, esta calle también es conocida como el ‘Paseo del 5 de marzo de 1811’, en recuerdo a la Batalla de Chiclana o de la Barrosa.
Al comienzo de la calle, en el número 6, encontramos la Biblioteca actual «Poeta García Gutiérrez», un edificio que anteriormente en el siglo XIX fue el casino de la ciudad. Este lugar es un ejemplo perfecto de cómo los espacios históricos se adaptan a los tiempos modernos.
La mágica Ermita de Santa Ana
Nuestra siguiente parada es la Ermita de Santa Ana, aprovechando que los martes es el único día de la semana en que la ermita se encuentra abierta al público. Se encuentra ubicada al final de la cuesta Hormaza, en el Barrio Alto. Esta ermita, construida en la segunda mitad del siglo XVIII por Torcuato Cayón, es un edificio de estilo neoclásico con una planta poligonal de 8 lados rodeada de arcos. En su interior se encuentra las tan veneradas imágenes de Santa Ana y la Virgen Niña.
El mirador de la ermita es uno de los 7 puntos mágicos de la ciudad y ofrece vistas impresionantes de toda la comarca y del Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Desde aquí, en tiempos antiguos, se podía observar la llegada de barcos comerciales y en tiempos de guerra o invasión se podía avisar a la población. Aunque la patrona de la ciudad es la Virgen de los Remedios, hay mucha devoción por Santa Ana, y gente de muy lejos viene en peregrinación o para cumplir promesas.
El Mercadillo en la Longuera
A continuación, visitamos el famoso Mercadillo de la Longuera, conocido por todos como «Los Martes». Este mercadillo es una experiencia única donde puedes encontrar de todo, desde ropa y calzado hasta bisutería y productos para el hogar. No te pierdas los puestos de aceitunas, un auténtico manjar que se disfruta al entrar o salir del mercadillo.
Descubre Chiclana con nuestras rutas guiadas
Este martes cualquiera es solo un adelanto de lo que puedes vivir en Chiclana de la Frontera. Te invitamos a unirte a nuestras rutas guiadas y descubrir todos los secretos que esta ciudad tiene para ofrecer. Descubre en profundidad la historia de la Plaza de las Bodegas y otros puntos emblemáticos de la ciudad. Con nuestras visitas conocerás a fondo la riqueza cultural y natural de Chiclana.
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